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Con un toque de cierta alevosía y perversidad “inte-
lectualoide”, me di a la tarea de escudriñar más sobre lo que
este autor (Médico de Profesión) argumentaba de manera tan
magistral. De hecho, me atraía el hecho de querer encon-
trar algo más que argumentos para estar en posibilidad
de refutar, respaldándome en un referente autorizado.
Fue así como, adentrándome un poco más en la lec-
tura, descubrí que el hecho de aspirar a ser culto lleva
consigo determinadas implicaciones. Por ejemplo,
descubro que la sistematicidad y la meticulosidad
que se demanda de un médico al desenvolverse
profesionalmente, no resulta ajena a la formación
del perfil de los individuos cultos y que, ello favo-
rece de mejor manera el desarrollo de un espíritu
crítico, al abrirse a la posibilidad de disfrutar de la
belleza y armonía de aquello que ofrece nuestro
entorno. Al igual que ocurre cuando descubrimos
la magnificencia del organismo, articulado en algu-
no o todos los niveles de organización de los cuales
habla el mundo de la Física Cuántica y el de la propia
Astrofísica.
Mi asombro llegó al máximo, cuando se aludía al
hecho de que, al igual que muchas especies vivas amenaza-
das hoy día y que, como resultado de la factura que el desti-
no nos ha venido a cobrar, también se encuentra severamente
amenazada esa “especie” de individuos que aspiran a desa-
rrollar una visión holística y universal, por cuanto que se trata,
acostumbra como lo más normal el hecho de creer en la súper como ya se dijo, de seres “extraños” que, no conviene al siste-
especialización, casi de manera dogmática. De hecho, recuer- ma su existencia, por cuanto que adoptan
do palabras textuales de algunos de mis “guías académicos” posturas críticas, reflexivas y analíticas y
a los que, por cierto, he desobedecido frecuentemente, quie- saben oponer resistencia frente a doc-
nes insisten en que no debemos dispersarnos y atender otros trinas y dogmas impuestos, a ultranza.
asuntos académicos distintos a la o las disciplinas en las cua- Coincidiendo un poco más adelante con
les nos desarrollamos (V. gr. “Dedicarse a estudiar Filosofía o lo que el autor refería, me
arte, es una pérdida de tiempo”). Me contestaba, “algo debe resultó cier-
andar mal por aquí” pues no coincide con los paradigmas vi-
gentes en los que han logrado meterme mis gurús académi-
cos (contra mi voluntad, por cierto).
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